Bahía: Mientras los showrooms avanzan, más comercios cierran.

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Lunes 08 de Abril de 2019

 Mientras cada vez cierran más comercios en el micro y macrocentro de la ciudad, la moda de los showrooms parece no detenerse. Según estimaciones, ya funcionan alrededor de 100 por fin de semana, lo que encendió la alerta de los comerciantes nucleados, fundamentalmente, en la Cámara del Comercio de Bahía Blanca y la Corporación del Comercio y la Industria. Ambas entidades dejaron traslucir que no observan demasiada voluntad para controlar lo que consideran una competencia desleal, que se termina trasluciendo en la merma de ventas en lugares debidamente habilitados y, por ende, en la pérdida de fuentes laborales. Las salas de exposición, que en su origen surgieron para mostrar y promocionar productos, en la actualidad están ganando terreno como espacios en donde se comercializan productos nuevos obviando el propietario el pago de impuestos como si tuviese un local convencional. Este fenómeno, que tiene escala a nivel mundial, emergió en un principio para la exclusiva promoción de un producto, para lo que eran invitados clientes jerarquizados, periodistas y marketineros. No obstante, con el paso del tiempo los showrooms dejaron de ser un espacio de exposición de un día. Buenas promociones y una experiencia de compra más personalizada e íntima para el cliente empujó a que estos espacios de venta sumen adeptos cada vez con más fuerza. Si bien para muchos son la vanguardia a la hora de vender y comprar por su sensación de exclusividad, éstos tienen muchos detractores por su informalidad. Stockearse, alquilar un departamento para montar el local o acondicionar un espacio del hogar para comercializar productos va por un camino paralelo al del comercio convencional, que paga impuestos, entrega tickets y tiene empleados registrados. “A nivel municipal nos dicen que ellos no pueden ingresar a casas o departamentos para fiscalizarlos, algo que sí podrían hacer AFIP o Ministerio de Trabajo, pero en la práctica no lo hacen. En ese sentido es que no vemos mucho interés en frenar este tema”, señalaron desde la Cámara del Comercio. Su proliferación, aducen, se debe a los bajos costos que tienen sus propietarios, lo que les permite ofrecer mercadería mucho más barata. “Sin ir más lejos, en un edificio de Paraguay al 500 se alquilan 3 departamentos exclusivamente para montar este tipo de comercios ilegales”, se agregó. Esto no deja de ser un riesgo para el resto de los propietarios, porque el ingreso de gente es irrestricto; además del peligro que acarrea acumular gente en las escaleras, en caso de que se produzca un accidente. Según las fuentes consultadas, un local a la calle en el microcentro ronda entre 25 y 50 mil pesos de alquiler mensual, cuando un departamento para montar un showroom puede ser alquilado por día a precios muy bajos. “A eso hay que sumarle los sueldos y las cargas sociales de los empleados y las multas. Por ejemplo, un comerciante legalmente inscripto, no puede contratar temporarios o reemplazos eventuales por día. Hoy, tener un comercio en blanco, equivale a trabajar 18 días del mes para pagar impuestos. Sin dudas que conviene trabajar en negro y por eso cada vez aparecen más. No hay nada que incentive a blanquear la actividad”, se dijo. En su mayoría son atendidos por sus propios dueños y abren sus puertas jueves, viernes y sábados, mientras que algunos suman los domingos. “Si toman algún empleado, le pagan el día y nada más. Nosotros, en cambio, tenemos que pagar según la escala salarial que corresponda, más los aportes previsionales de jubilación y obra social”, manifestó un experimentado comerciante del microcentro. La ganancia, en definitiva, es neta. Al ahorrarse todos esos costos mencionados pueden ofrecer precios mucho más bajos que cualquier comercio a la calle. De esta manera también se atenta al trabajo formal. “Hoy ningún comerciante está pensando en contratar gente; peor aún, intenta achicar para reducir costos y poder competir”, afirmaron desde la Cámara. 

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Precisamente, semanas atrás, “La Nueva”. reveló que un censo realizado por la Corporación del Comercio, la Industria y los Servicios determinó que en 2018 se triplicaron la cantidad de locales cerrados en el microcentro bahiense, que hubo una importante pérdida de puestos de trabajo y que para lo que resta del año reina un clima de pesimismo generalizado. Es que la crisis económica que atraviesa el país, las compras a través de internet y el crecimiento de un mercado en negro, además de impuestos elevados, facturas de servicios públicos y alquileres imposibles de pagar forman parte de la cadena de problemas que mantiene en números rojos a cientos de pymes de la ciudad. “El censo detectó que en la actualidad hay 26 locales vacíos en el microcentro, tres veces más de los que había en 2016, cuando esa cifra llegaba a apenas 8 inmuebles”, informaron desde la CCIS. A su vez, representantes de la Corporación del Comercio la Industria y Servicios (CCIS) y de la Cámara del Comercio se reunieron hace 10 días con el intendente Héctor Gay. Entre las distintas peticiones, reclamaron más controles a los showrooms y venta ilegal. “El intendente nos dijo que estaba al tanto de los problemas que tenemos pero nos fuimos con gusto a poco. Necesitamos acciones rápidas porque el comerciante vive en una situación angustiante”, dijo Martín Garmendia, titular de la Cámara de Comercio, a la salida de esa charla. También se debe recordar que ya en julio del año pasado, la Corporación del Comercio y la Industria envió al Concejo Deliberante una carta solicitando una ordenanza para combatir la  competencia desleal. “Nos dirigimos en nuestro carácter de entidad gremial empresaria con más de 2000 asociados, y ante el pedido formal de una gran parte del comercio legalmente constituido para solicitarles se analice la redacción de un proyecto de ordenanza que prohíba total y definitivamente la venta ambulante y la comercialización clandestina en todas sus formas”, escribieron en el pedido en aquel entonces.

El Municipio prometió más controles

El secretario de Gobierno del municipio, Fernando Compagnoni, contó que la comuna ya trabaja en el tema, puntualizando que se incrementaron los controles a la venta ilegal desde el área de Fiscalización. “Estamos colaborando en todo lo que está al alcance del Municipio. Si hay un comercio no habilitado se pide la clausura inmediata”, relató Compagnoni. De todos modos, mencionó que muchas actividades comerciales son difíciles de detectar porque se gestionan a través de grupos de Whatsapp o intentan mantenerse ocultas. “La decisión política del Municipio para atacar estas cuestiones está”, sostuvo.

En primera persona

¡Llegó lo nuevo y te va a sorprender!, publica en Facebook la dueña de un showroom bahiense, mostrando una prenda que procura imponer esta temporada. En la publicación no aparece el domicilio pero, seguramente, se trata de un departamento o una casa. Sus clientas ya saben a dónde ir y las potenciales lo preguntan por privado. Después acuerdan un horario, que puede estar fuera del convencional. Carola, propietaria de un showroom en el barrio Pedro Pico, explicó su experiencia. “La verdad es que no pude insertarme en el mundo laboral cuando fui despedida y con el dinero de la indemnización invertí en ropa”. Al principio, ofrecía casa por casa, arrastrando un par de bolsones.
“Compraba en La Salada o en Flores (Buenos Aires) y revendía, yendo a donde me llamaran. Pero el hecho de tener que moverme todo el día, sumado al gasto de nafta, no me terminaba de redituar”. Así fue que decidió acondicionar su casa para poder exhibir los productos. “No abro todos los días. Generalmente lo hago viernes, sábado y domingo, después del mediodía y hasta el atardecer, por razones de seguridad”. La clave, según su opinión, es el trabajo que desarrolla en las redes sociales. “Publicito en Facebook e Instagram, incluso contratando modelos a cambio de ropa. Me va bastante bien”. La flexibilidad horaria es uno de los beneficios para los clientes y amoldarse a ellos es clave. “Mis clientas prefieren la tranquilidad, la gente huye del centro porque es difícil de conseguir estacionamiento", señaló Cristina, dueña de un showroom en Villa Mitre. Cuenta que arrancó con la venta de indumentaria en ferias, pero que ahora prefiere esta modalidad, de forma eventual y más íntima con su clientela. En cuanto al método de pago, a pesar de que la mayoría no está registrado fiscalmente, lo que precisamente cuestionan los representantes de la pequeña y mediana empresa, muchos showrooms han optado por la financiación a través de Mercadopago, por ejemplo. 

Los habitúes

En mayor medida, quienes acuden a los showrooms son adolescentes o jóvenes con ingresos mensuales medios o bajos y que disponen de tiempo para esperar a ser atendidas. Candela, una de las habitués, dice que la diferencia de precios es notoria. "Hay algunos que venden ropa de muy buena calidad y otros no tanto. Pero debe haber entre 200 y 300 pesos de diferencia en las prendas con un comercio. Básicamente voy por una cuestión presupuestaria". Según dicen, y se puede comprobar fácilmente, los propietarios tienen un muy buen manejo de redes sociales. "Yo sigo a varios y me voy enterando los productos que tienen y qué días abren, como también los lugares, porque suelen cambiar de dirección. Eso, en los comercios tradicionales, no lo veo y, en cierta medida, no me tientan a ir", explicó Fernanda. Uno de los más notorios funciona en el primer piso de un edificio de la primera cuadra de Las Heras, donde la gente suele hacer cola en las mismísimas escaleras y se prolonga por la vereda. "Si hay mucha gente, entramos de a 10 personas. Y generalmente abre de 14.30 a 20. Antes pagabas en efectivo únicamente, pero la última vez que vine ya habían habilitado un posnet", dijo Alicia mientras esperaba. Otra de las cuestiones por las cuales son elegidos es que brindan planes de pago sólo con referencias de otros compradores. “Yo fui a uno que me recomendó una compañera y por ir de parte de ella, me ofrecieron pagar la compra que hice en dos veces, sin tarjeta de crédito ni recibo de sueldo”, manifestó Cecilia. "Yo los contacto vía Facebook, que es más fácil. Veo la ropa ahí y voy directamente a probarme. Las prendas son más baratas, pero también me es más cómodo. Sobre todo por el horario, que puedo ir cuando salgo de trabajar", resumió Clara.

Buscan un cambio cultural

El tema también se instaló en la UNS, donde se busca alertar de estas prácticas para generar un cambio cultural en los consumidores. Por ejemplo, en las clases de contabilidad se hace mucho énfasis para que los alumnos no compren en esos lugares, alentando que lo hagan en los debidamente habilitados. "Los profesores nos repiten permanentemente que hagamos valer nuestros derechos y pidamos factura de las compras, remarcando que los showrooms están al margen de la legalidad. Muchos de nosotros no lo sabíamos", reconoció Franca, quien cursa segundo año de esa carrera.

Otras modalidades de venta por fuera de la legalidad

--De garaje. Generalmente se realiza en patios o casas porque se ofrece lo que uno ya usa o le estorba. Son artículos de segunda mano, desde ropa hasta muebles.

--Ferias americanas. Es la venta de artículos usados que se realiza en distintos escenarios. Puede ser desde un galpón o local, hasta una plaza o un club.

--Directa. Se conoce como cara a cara y consiste en la visita del vendedor al domicilio del interesado para mostrar los productos que promociona.

--Manteros. Los también llamados vendedores ambulantes, que ya no son tales al permanecer casi todo el día en el mismo lugar. Suelen ubicarse en calles o paseos con mucho tránsito de gente con mesas o mantas.

--Saladitas. Se conoce así a los locales tipo persa, donde varios puestos comparten el lugar. 

(Fuente: LaNueva. Por Pablo Andrés Alvarez)

 

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